miércoles, 22 de agosto de 2012

¿Que es el Eje Hormonal?

Se denomina comúnmente “EJE HORMONAL”, pero recibe otros nombres: “Eje hipotalámico-hipofisiario-testicular”, “Eje hipotalámico-hipofisiario-gonadal” o simplemente “Eje hipotalámico”
Sus siglas en inglés son HPTA por “Hypothalamic-Pituitary-Testicular Axis” y científicamente es tratado como una unidad fisiológica operativa dado que es la relación entre estas glándulas y la producción de testosterona.
El eje hormonal es el modo de referirnos a los efectos combinados del hipotálamo, la glándula pituitaria (o hipófisis) y las gónadas (testículos) como si estas glándulas endocrinas fueran una sola entidad porque estas glándulas frecuentemente actúan en cooperación, los fisiólogos y endocrinólogos encuentran conveniente y descriptivo hablar de los tres como un solo sistema.
El eje hormonal es una parte crítica en el desarrollo y regulación de ciertos sistemas corporales como el reproductor y el inmunológico.
El patrón es frecuentemente descrito como si se iniciara con la secreción de GnRH (Gonadotropin Releasing Hormone – Hormona Liberadora de Gonadotropina) que entra en el sistema por el portal hipofisiario viajando vía sanguínea hasta alcanzar la Pituitaria (o hipófisis) anterior donde actúa sobre los gonadotrofos para la liberación de LH (Hormona Luteinizante) y FSH (Hormona Folículo Estimulante) en el torrente sanguíneo. La LH y la FSH actúan en los testículos produciendo varios efectos, incluyendo la liberación de las hormonas sexuales y manteniendo la integridad gonadal. La liberación de las hormonas en el Eje Hipotalámico-Pituitario-Gonadal es regulada típicamente por un mecanismo de retroalimentación negativa en los gonadotrofos en la pituitaria anterior o por una inhibición neuronal indirecta. Simulación y regulación completa el patrón entre el hipotálamo, la pituitaria y las gónadas.
Por ese mismo patrón de “retroalimentación negativa” el HPTA, al “detectar” la presencia de esteroides anabólicos en la sangre (los cuales son percibidos como si fuesen testosterona) detiene su producción de GnRH, por lo tanto, de LH y FSH y por ende toda la producción de hormonas gonadales. A este hecho se le denomina “inhibición” del eje hormonal. La inhibición del eje se produce prácticamente con cualquier dosis y cualquier esteroide anabólico; una simple inyección de 100mg de decadurabolin provoca una inhibición del eje casi total y la recuperación de los niveles de testosterona al mismo punto previo a la inyección no se producen hasta pasados 32 días. El resultado de la “retroalimentación negativa” es el logro de un mecanismo de regulación natural que mantiene en equilibrio la presencia hormonal en la sangre.
Existen varios mitos. Muchas veces leeremos que el primobolan no inhibe el eje y que incluso se aconseja su uso como “ciclo puente”… Pues el primobolan provoca una inhibición. Como también es erróneo que la oxandrolona provoca “cero” inhibición. Una cosa es que estos anabolizantes, en dosis moderadas, no provoquen mucha inhibición y que la recuperación sea más rápida y otra, completamente diferente, es afirmar que NO INHIBEN…
La esterificación, es decir, el tiempo de acción de los metabolitos del esteroide, cuenta mucho a la hora de provocar inhibición. Adicionalmente, si el anabólico es progestagénico, la inhibición es mayor.
Sin embargo, pareciera cierto que un ciclo corto, aunque inhiba el eje, la recuperación es mucho más rápida que con un ciclo largo. Aunque siempre hay que considerar las esterificaciones en los ciclos.

Veamos un ejemplo:

Imaginémonos una fábrica de zapatos, para fabricar esos zapatos hay una cadena de montaje perfectamente acoplada que cuenta con numerosos pasos, al finalizar, los zapatos se almacenan; en un día se producen 50 pares y se venden igualmente 50 pares, es una cadena de montaje y venta perfectamente equilibrada; la regulación es mediante un capataz que observa en el almacén cuántos pares quedan y cuántos se van vendiendo. Simultáneamente, va viendo cómo están los distintos pasos de la cadena de montaje y según sus datos, ordena a la cadena de montaje que vaya más o menos rápido dependiendo del ritmo de venta.
Un día ve que en el almacén hay 100 pares de zapatos idénticos a los que produce la cadena de montaje, han aparecido por “arte de magia”, el capataz no lo entiende, mira la cadena para revisar si la velocidad de producción ha aumentado y ve que todo sigue igual que, en teoría, debería haber, como mucho, 50 pares en el almacén. Se desconcierta, y durante un tiempo muy breve, supone que ha sido un error, pero cuando vuelve al almacén ve que hay no 100, sino 150 pares. Vuelve a examinar la cadena de montaje y empieza a actuar porque “no cuadra” nada.
El capataz, lo primero que hace es bajar la producción y observar los resultados. Detiene un 20% la cadena de montaje, observa el almacén y ve que con esa acción de parada del 20% no solo hay 250 pares de zapatos, sino que los días anteriores, en vez de vender 50 pares, han vendido 100 y 150 pares respectivamente…
No le cuadra nada, baja el ritmo de montaje nuevamente, se producen menos zapatos y se venden más; al día siguiente vuelve a ralentizar la cadena de montaje y los zapatos se siguen almacenando y vendiendo, esto va pasando hasta que la cadena de montaje se para completamente, los obreros ya no trabajan, no hay cadena de montaje y “el sistema producción-venta” está equilibrado, incluso arroja un resultado hipotético de “exceso de producción”; todos los cuidados y ajustes que se hacían sobre la cadena de montaje, los pedidos de material para que ésta funcionara perfectamente se dejan de hacer y se para.
El problema viene cuando un día el capataz va a mirar el almacén y ve que no hay zapatos; imaginémonos lo que es volver a poner en funcionamiento una cadena de montaje parada: hay que volver a mentalizar a los obreros, engrasar y ajustar la maquinaria, llamar a los proveedores para que te suministren materia prima, etc, etc…
Esto mismo es lo que ocurre con el eje hormonal cuando se para y se tiene que volver a reactivar… Un verdadero problema
Fuente de Info: Culturismo digital

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